Los besos en el cine siempre son el punto de inflexión. El momento de más expectación (y por qué no, excitación) de toda la sala de butacas. Algunos besos del cine nos han producido escalofríos, ternura, e incluso un cúmulo de sensaciones indescriptibles.
Recopilamos algunos de los besos más bonitos de la historia del cine y otros que, siendo sinceros, no lo han sido tanto.
Romeo y Julieta y ese beso escondido.
Desayuno con Diamantes y ese beso bajo la lluvia (con gato de por medio).
El beso de la película De aquí a la eternidad siempre será un símbolo.
El recuerdo del primero beso con la película My Girl.
Besos a ritmo de amor de verano. Así es el de Dirty Dancing.
Un ascensor, tensión sexual, y el peligro acechando, así es el beso de Drive.
Tampoco falta ese beso de amor imposible, como el de Satine y Christian en Moulin Rouge.
La pasión y el deseo irrefrenable que antecede al beso de El Diario de Noa.
Sin embargo hay otros besos que no lo son tanto, como el de Luke y Leia en Star Wars Episodio V: El Imperio Contraataca. Y no, no tiene nada que ver con la estética. Todo se vuelve en su contra cuando sabes que son hermanos.
En la misma línea nos encontramos el beso de Regreso al Futuro entre Marty McFly y… su madre del pasado. Los besos entre madres e hijos no tienen nada de malo, pero en este caso el problema es que no era un beso materno.