Causa y efecto. Es lo que nos vino a la cabeza tras el concierto de Beluga del pasado viernes presentando Tiempo de leones. Si pensabas que ver un concierto de Beluga iba a ser un concierto de indie español al uso, juzgaste antes de tiempo. La causa por la que estábamos allí, en la sala Caracol, era para ver a este grupo formado en Madrid presentar su segundo LP, y el efecto fue chocante y positivo.
Medusa Box calentaron motores como buenos teloneros y dejaban ahí su último concierto antes de volver al estudio a grabar su tercer disco. No les perderemos de vista.

Beluga presenta ‘Tiempo de Leones’ en Madrid. Foto: Patricia Martín
Y llegaba Beluga. Aunque el comienzo fue elegido estático y en penumbra mientras sonaba un Claro de Luna, en realidad era la oportunidad de coger aire para lo que vendría después. Con el primer tema de Tiempo de Leones el público levantó la voz al unísono con los versos de la banda. En las primeras líneas se las sabían todas.
Carlos, José, Lucas, Luis y Serch hicieron despertar su animal interior y el guitarreo y energía fluyó tema tras tema. Enseñaron las vísceras de las que nos hablaron en su entrevista y el trabajo duro de ensayos que seguro se esconde detrás de ese día quedaba latente.
Sonaban temas como Te quiero enfermo, Tierra de Palmer, A 40 grados y Bioluminiscencia y la escenografía a cada cual era mejor. Captaba la atención irremediablemente desde el segundo uno con su arrolladora energía musical, el juego de luces y la interpretación intensa y agitada de Carlos, voz de la banda.
Nada podía salir mal y ese día Beluga demostraron que llevaban tiempo preparándose para dejarse la piel en un día como este. Y lo mejor es que no será el único, porque ya han soltado a sus leones. Su gira continúa este viernes en Zaragoza.

Beluga presenta ‘Tiempo de Leones’ en Madrid. Foto: Patricia Martín