Brochas limpias, ¡cara feliz!

Brochas limpias, ¡cara feliz!

Base de maquillaje, colorete, polvos, sombras de ojos… Para un resultado perfecto, todos estos productos se aplican con brochas. Son útiles, desde luego, pero también son un foco de bacterias peligroso para nuestra cara. La acumulación de producto usado, la suciedad del aire y el contacto con otros elementos al guardarlas en el neceser hacen que las brochas guarden todo tipo de excesos que luego ponemos en nuestra cara, dando lugar a granitos y poros obstruidos. Y la cosa no queda ahí, porque la suciedad en las brochas de ojos pueden llevar a la aparición de orzuelos o infecciones. Para evitarlo, ¡solo es necesario lavarlas!

brocha

Da pereza, lo sabemos… Pero una vez por semana, ármate de paciencia y lleva todas tus brochas al lavabo para ponerlas a punto. Solo necesitas agua templada y jabón. Algunas usan jabón neutro, otras champú de niños. Ambos funcionan estupendamente, pero si te animas, lo más recomendable es fabricar también tu propio jabón y utilizarlo tanto para lavarte la cara como para limpiar tus brochas. Si quieres aprender a hacer jabón, ¡aquí te contamos cómo!

Haz espuma con el jabón en una de tus manos y moja ligeramente el pelo de la brocha. Ten cuidado de no mojar la parte metálica, ya que ahí es donde está el pegamento que la mantiene sujeta, y podría despegarse con el agua. Después, con un movimiento circular, empapa la brocha en el agua con jabón de tu mano y escúrrela. Verás la cantidad de maquillaje que sale, incluso cuando la brocha no parece tan sucia. Repite este proceso con todas y túmbalas sobre una toalla para secar. Trata de darles la forma original mientras están mojadas, para que la conserven al secar.

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