Nos pasamos el año esperando el momento de las vacaciones para poder desaparecer, desconectar y recargar las pilas. Pero llegado el día, más de una vez pecamos de millennials y no somos capaces de descansar de la rutina tecnológica.
¡Ojo! No estamos diciendo que tengamos que desprendernos de toda tecnología para poder pasarlo bien y disfrutar de unas vacaciones. ¿Qué clase de generación Y seríamos entonces? Pero sí hay que comprender los límites de la tecnología, hacer un uso correcto y específico de ella, y entender que su uso debe ser diferente teniendo en cuenta el momento.
Se puede vivir sin notificaciones
¿Eres de los que distingue su tono de aviso en una sala llena de gente? ¿No puedes resistirte a comprobar cada notificación en cuanto llega? Esta costumbre puede perjudicarte cuando estás tratando de apartar tu mente de la rutina durante unos días. Por eso, puedes probar a vivir sin notificaciones durante las vacaciones. Por supuesto, puedes dejar activas las de llamadas o mensajes, ya que estas funciones son clave para poder comunicarnos.
No necesitas, sin embargo, las notificaciones de correo electrónico, especialmente el de trabajo, ya que durante tus vacaciones o tu descanso de fin de semana, no deberías estar trabajando.
Prueba a desactivar también las notificaciones de Twitter, Facebook y otras redes sociales. Así, solo consultarás estas redes cuando tengas un rato y te apetezca hacerlo, en lugar de cada vez que salta un aviso de que tienes alguna novedad. Esta es la diferencia entre la dependencia y el uso recreativo de las redes.
Recurre a tecnologías específicas
La comodidad de esta década del siglo XXI se construye sobre la existencia de un aparato que lo hace todo: los smartphones nos permiten comunicarnos, fotografiar cosas, leer libros, llegar a nuestros destinos… Y todo eso está muy bien, hasta que utilizas esas funciones de vacaciones. Entonces llega la tentación de comprobar también el correo electrónico cada cinco minutos, leer las últimas noticias que leeríamos en el trabajo o aprovechar que estás compartiendo una foto en Facebook para preguntar a un compañero qué tal va todo por la oficina.
Para evitar esto, haz uso de la tecnología externa. Vuelve a las cámaras de fotos para documentar tu viaje: las hay para todos los bolsillos (tanto en precio como en tamaño), e incluso la calidad de las más baratas es más que aceptable y, probablemente, mejor que la del smartphone. Si estás usando la función de navegador para llegar a tu destino, cámbiala por un GPS: son más fiables y están diseñados específicamente para navegar. ¿Quieres leer algo durante las vacaciones? Lleva contigo un ebook: son cómodos, ligeros y las pantallas están diseñadas para que puedas pasar horas leyendo sin dejarte la vista.
Si sigues estos consejos, no solo conseguirás desengancharte durante un rato, sino que la batería de tu teléfono durará muchas más horas, lo que significa que estará listo para cosas importantes, como llamar a tus amigos para concretar la hora de la cena y las copas en la terraza del bar.
Tanto si te vas de vacaciones, como si buscas una escapada de fin de semana o simplemente se acerca el viernes, prueba a poner en práctica esta filosofía de desconexión. Apartarnos de la rutina nos sirve para refrescar nuestras ideas, inspirarnos y verlo todo desde una perspectiva diferente. Cuando llegue el momento de trabajar de nuevo, notarás cómo de verdad has descansado tanto física como mentalmente y estás preparado para volver con ganas.