De Roma hasta Puglia

De Roma hasta Puglia

De vez en cuando, una vez al año…alguien murmulla que los viajes improvisados son los mejores. Y no falta el insensato verano que se hace eco de estas palabras. No importa que tan pequeña sea la maleta, volverá llena de recuerdos. El destino es lo de menos, si es buena la compañía. De Roma hasta Puglia.

¿Y porqué no Italia? La ciudad eterna de Roma es un buen punto de partida. Sin duda, su arquitectura, los puentes, la historia, los contrastes, la vida en Roma. La Bella di Roma. Días después continuamos el viaje sin saber que viajaríamos en el tiempo. Nos dirigimos hacia el Sur de Italia.

Diez días atrapados en historias, envueltos en risas, cada día un capítulo que no concuerda con el anterior. Sorrento regala la sensación de estar en una película de Wes Anderson. Sin embargo, la capital de los trullos o  Alberobello anonada con sus casitas hechas en piedra.

Y las playas del sur de Italia, sus familias y ese gusto por el sol. Otranto con su mar azul, un paseo por Lecce, una cena en Salerno, las noches de copas en Gallipoli o una fiesta del pueblo de Santa María di leuca, el tacón de la bota de Italia.

Pero todo lo bueno siempre acaba, los finales son parte de las historias y el día diez, Cesare Cremonini suena de fondo con Buon Viaggio. Un hasta pronto al sur de Italia, porque volveremos. El despertar de ayer es historia y el lugar, un preciado recuerdo.

“Buon viaggio
che sia un’andata o un ritorno
che sia una vita o solo un giorno

che sia per sempre o un secondo
l’incanto sarà godersi un po’ la strada
amore mio comunque vada
fai le valige e chiudi le luci di casa…”

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