Se la conoce como Isla Esmeralda porque es verde hasta donde alcanza la vista. Sus gentes se llama Paddy, Neil o Shannon y la música resuena por todas las esquinas. Irlanda se envuelve además, en ese halo de misterio que la emparenta con Galicia donde dicen que “meigas, haberlas haylas”. Aquí quizás aparezca un druida, un leprechaun, o más probablemente, una oveja.
Con tan bellos paisajes y una historia tan literaria no es de extrañar que Irlanda se haya convertido en uno de los platós de cine más buscados. Repasamos siete películas con sabor a cerveza Guiness.
Brooklyn (2015)
Acarició el Óscar a mejor película en la pasada edición. Cuenta la historia de Eilis, una joven irlandesa emigrante, atrapada entre dos mundos, y dos amores.
Año Bisiesto (2010)
Lo único destacable de esta comedia Made in Hollywood es que rescata una simpática tradición irlandesa por la que aprovechando los años bisiestos, el 29 de febrero son las novias las que pueden pedir matrimonio a los chicos.
PD: Te quiero (2007)
Un imprescindible para todos los amantes de los dramas románticas. Hillary Swan es aquí una joven viuda que viaja a Irlanda para superar la muerte de su querido Jerry.
Once (2007)
Película romántica en forma de musical rodada en Dublín. Su tema principal, Falling Slowly, ganó el Oscar a mejor canción original.
Las cenizas de Ángela (2000)
Basada en el famoso libro de Frank McCourt, la película repasa la infancia del autor en la deprimida ciudad de Limerick.
Dublineses (1987)
Rodada en Hollywood por los problemas de salud de su director, John Huston es la adaptación cinematográfica de la novela de Joyce.
Un hombre tranquilo (1952)
John Ford (de padres irlandeses) convierte a John Wayne en un emigrante que vuelve a Irlanda para reclamar la granja de su familia. Se rodó en los condados de Mayo y Galway, y le dio a Ford el Oscar a mejor director.