¡Que viva el calor! ¿Y cómo sobreviviríamos a él si no fuera por las sandalias? Pero para calzarse unas, antes hay que tener los pies presentables. No es raro que olvidemos esa parte del cuerpo a la hora de cuidarnos día a día, pero eso no es excusa para no tener unos pies bonitos y cuidados. Hay muchas formas de hidratar los pies. Vamos a enseñarte a nutrirlos de manera natural para que nada te pare a la hora de enseñarlos esta temporada.
Báñalos en aceite de coco
Este aceite es famoso por sus propiedades nutritivas e hidratantes, y se usa mucho en mascarillas para el pelo. ¡Pero también puedes usarlo en tus pies!
Mezcla un vaso de aceite de coco con un litro de agua templada en un barreño. Sumerge los pies en la mezcla y relájate durante quince minutos. Cuando los saques y te los seques notarás cómo están mucho más suaves.
El aceite de oliva: un gran aliado
Si lo que buscas es nutrición en profundidad, el aceite de oliva es tu mejor opción. Para este truco necesitarás un par de calcetines viejo. Échate un poco de aceite en las palmas de las manos y extiéndelo por los pies, haciendo hincapié (valga la redundancia…) en las zonas más resecas. Después, ponte los calcetines viejos y deja que el aceite penetre en la piel. Pasada una hora, quítate los calcetines y lávate los pies con agua y jabón. Con este truco una vez por semana, tus pies darán un cambio radical para mejor.
Sumérgete en la dulzura de la miel
Otro truco de barreño. Dedica unos minutos antes de empezar a exfoliar tus pies con una piedra pómez. Después, llena un barreño con agua templada y añádele tres cucharadas colmadas de miel.
Con los pies recién exfoliados, sumérgelos en la mezcla durante diez minutos. ¿El resultado? ¡Suavidad máxima!
Después de estos trucos, ya no tienes excusas para esconderlos… ¡Saca tus pies a pasear!