Dos monstruos del mundo de la música y la interpretación nos dicen adiós en apenas unos días. Si el pasado domingo era David Bowie quien se convertía en un hombre de las estrellas esperando en el cielo, hoy es turno de despedir a uno de los actores británicos más conocidos del planeta: Alan Rickman. La desgraciada casualidad ha decidido que ambos artistas mueran en similares condiciones: a los 69 años de edad y por culpa del cáncer.
A medio día nos hemos encontrado con la nefasta noticia de la muerte de Alan Rickman a los 69 años de edad. El actor británico ha fallecido de nuevo a causa del cáncer, una de tantas enfermedades que no distingue por clase, raza ni religión. Aunque alcanzó la fama de forma tardía gracias a la interpretación de uno de los personajes más importantes de la popular saga Harry Potter, Severus Snape, Rickman por aquel entonces ya contaba con una dilatada experiencia en el séptimo arte gracias a su participación en films como “Sweeney Todd” o “Love Actually”.
Para el recuerdo queda su interpretación como Hans Gruber, uno de los villanos más meldrámáticos conocidos en el cine de acción, al que 4 secuelas de “Die Hard” (me niego a nombrar su título en castellano) no han logrado encontrar una némesis para Jhon McLane ni siquiera a la altura de sus zapatos.
Formado en la Royal Academy of Dramatic Art y miembro de la Royal Shakespeare Company, Alan Rickman también contaba con una amplia experiencia en el teatro y la televisión, justo antes de que Hollywood llamara a sus puertas para comandar el asalto a la torre Nakatomi.
Pero para quien esto escribe, Alan Rickman siempre quedará grabado en el recuerdo más cinéfilo gracias a su corta, aunque divertídisima, participación en Dogma, de Kevin Smith, interpretando a Metatron, La Voz.
